Cleopatra vii, la última faraona del egipto, compartía el interés de los egipcios por los gatos. Según textos antiguos y representaciones artísticas, los gatos representaban su poder y protección divinos y desempeñaban un papel importante en su corte y su vida.
Como muchos otros egipcios, cleopatra consideraba a los
gatos como deidades ( ser divino o escencia divina ), y se dice que tuvo muchos
gatos como compañeros y que la amaba y respetaba mucho. Esta religión no sólo
reflejaba su papel como gobernante y protector de su pueblo, sino que también
simbolizaba deidades como bastet que buscaba emular su poder, amor y poder. La
imagen de cleopatra y su gato es atemporal y representa su sabiduría,
conocimiento y profunda conexión con la cultura egipcia.
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